Lucas 8: 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.

Lucas 8: 44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.

¿Que pensarías si este versículo fuera sacado de su contexto? con casi toda seguridad diríamos que la persona a la que se refiere ha sufrido un infarto fulminante al tocar el borde del manto, que su circulación sanguínea se ha detenido de repente. Todos conocemos la sanación de la mujer del flujo de sangre y no se nos pasaría por la cabeza el explicarla de otro modo que no sea el que esta escrito, si sacáramos este versículo de su contexto podríamos darle un sentido completamente diferente al que realmente tiene.
Todos en alguna ocasión habremos sufrido la experiencia de intentar esclarecer lo que alguien quiere enseñar según su propio entender y usando versículos fuera de contexto. Ves como mucha gente simplemente se conforma en aceptar lo que se dice, en creerlo, en apoyarlo dando clic al “Me Gusta” de facebook. Todos lo hemos hecho y tan solo por que quizás está exponiéndose algo que también nosotros tenemos asumido como verdad, quizás por que no teníamos ni idea y nos parece coherente lo que se expone. Hay veces en que intentas corregir el error y en lugar de interés por descubrir la verdad encuentras tan solo un muro de insultos y amenazas hacia tu persona de hombres autollamados cristianos. Sea por el motivo que sea la cuestión es que no nos molestamos muchas veces en volver a introducir ese versículo en su contexto para recibir la enseñanza del Espíritu y no del hombre. Nos convertimos entonces en cómplices involuntarios de propagar una mentira disfrazada de verdad.
Los versículos a veces nos sirven de mucho para darnos a través del Espíritu un mensaje a nivel personal, en un momento puntual, pero nunca para cambiar lo que ya esta escrito y propagar una enseñanza errónea, no podemos inventar una doctrina, no podemos decir “esto es lo que Dios nos dice” si simplemente usamos un versículo aislado para apoyar otra cosa distinta por lo que fue escrito por inspiración divina. Busquemos la enseñanza y no usemos literalmente La Palabra. Si La Palabra fuese escrita hoy en día se usarían otros términos mas comprensibles a nosotros hoy, debemos esforzarnos en volver mentalmente al pasado para entender hoy el mensaje de Dios dado ayer. Tanto la cultura como el modo de vida no son los mismos hoy que las que habían siglos antes del nacimiento de Jesús de Nazareth en el tiempo de los profetas, no son los mismos hoy que durante Su vida y ministerio y no son los mismos hoy que en los tiempos en los que inspiró Dios a hombres para escribir el Nuevo Testamento.
Debemos leer La Palabra para descubrir que se quería enseñar cuando fue escrita y aplicar la enseñanza a nuestro tiempo. Lamentablemente muchas veces somos nosotros los que cambiamos la enseñanza real que Dios nos da adaptándola a nuestra conveniencia, y lo que es peor es que a veces acabamos creyendo nuestras u otras mentiras. El Padre tenga de todos nosotros misericordia.