Mt 18:20 Porque donde están dos o
tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Cada vez vemos mas creyentes,
personas que realmente aman al Señor y que viven por y para El, que dejan de
congregarse, pero que su anhelo es seguir haciéndolo, ¿pero donde? ¿a que
denominación? Vamos por partes, primeramente explicar que también son muchos
los que dejan de congregarse porque perdieron el interés la chispa, no digo que
dejaron de amar al Señor, sino que algo
desencadeno que no quisieran
congregarse. A las preguntas antes mencionadas la respuesta es tan sencilla
como compleja. Herman@s no se los demás pero imagino que todos empezamos a
congregarnos porque alguien nos llevo a la congregación que pertenecía y ya
luego con el tiempo te sientes cómodo o no, y cuando el Espíritu no se siente
cómodo va en busca de otros lugares de culto, y dentro del evangelismo entramos
a ver distintas denominaciones. Que complicado parece, pero dejando a parte las
diferentes denominacionales, el verdadero cristiano buscara el lugar donde se
pueda oír la Palabra, pero la sana Palabra, buscara donde poder alabar y adorar
con plena libertad y me temo herman@s que llegados los tiempos en los que
estamos ese lugar sería como la iglesia primitiva, el versículo nos dice: Porque
donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos.
Y pienso que se ha perdido la
verdadera visión, lo que debía ser un lugar de culto se ha convertido en
grandes congregaciones donde el trato con los herman@s y el pastor es mas
complicado cuando estamos hablando de mega congregaciones, allí se empieza la
carrera de que congregación tiene el templo mas grande y mas lindo hasta llegar
al punto de olvidarse de las verdaderas necesidades del rebaño, y donde la Palabra
empieza a manipularse para conveniencia personal de aquellos que llevan esa
congregación, porque al ser grande ya necesita de varias personas que se ocupen
de las partes económicas, y ese es uno de los grandes motivos de que la gente
dejemos de congregarnos ya que todo lo que nos envuelve nada tiene el aroma del
Señor.
Dios busca creyentes obedientes,
con anhelo por las cosas del Señor, no busca la congregación mas grande, no
digo en ningún momento que el que se congrega deje de hacerlo y quedando todo esto
claro, vuelvo a la iglesia primitiva, herman@s es el momento antes que dejar de
congregarnos es mejor abrir nuestras casas, es mas fácil compartir con los
herman@s para así obedecer las Escrituras que nos dice que debemos
congregarnos, las reuniones de pocos miembros, ya que los que asisten es porque
realmente quieren comer de la Palabra de Dios, desean adorar y alabar al Señor,
donde no hay una jerarquía sino que
entre todos se estudia la Escritura, donde una vez lleve la Palabra un hermano
y otra vez otro distinto, la edificación entre los unos y los otros es mucho
mas efectiva que en una gran congregación que nadie te diga que ahí no hay la
presencia de Dios, porque el versículo es claro, dos o tres y estoy en medio de
ellos. Que grande es poder sentir esa emoción que se perdió en el camino,
cuando solo somos unos cuantos cantando a la par, escuchando con interés lo que
el Espíritu ha puesto en el herman@, un día puedes fallar, pero en ese abrir de
puertas hay un compromiso mucho mas efectivo que en un sitio grande, pero no
por nada, sino porque es una reunión de amigos, de herman@s que buscan la
verdad. ¿Os imagináis que cada uno de nosotros abriera su casa? Nos encontraríamos
con muchos pequeños lugares de culto, pero con creyentes con gran amor y servicio
ante Cristo, y alguno podría decir ¿y a que denominación perteneceríamos?
herman@s Dios no busca denominaciones solo hombres y mujeres arrepentidas para
dar honra y gloria al Señor…..
Si hoy estas sin congregarte
porque sientes que no formas parte de nada, quizás es el momento de que abras
tu casa, ya que no se trata de sentir que formas parte de algo sino de juntarse
dos o tres y la presencia del Señor allí estará……………
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
http://www.
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