Lc 15:20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Cuan perdida andaba, y cuan perdidos andan aún tantos. La excelencia de esta parábola es la vida misma, un espejo donde la mayoría nos hemos sentido reflejados y muchos se sentirán y no quiera Dios que nuestros hijos tengan que vivirla para entender lo mucho que los amamos y lo mucho que los ama Dios.
Somos
autosuficientes, los guías, los mejores, venga no me vengas con cuentos viejo, que me vas a contar de la vida, los tiempos han cambiado, y todo eso que dices que puede pasar, a mi no, porque yo soy mas listo que todos los demás. Y zas, ahí caemos.
Andamos perdidos, pasando momentos duros, llorando cuando nadie nos ve, aparentando frente los demás vaya que se rían, pero hay que mantener el tipo, el mundo nos exige que seamos fuertes, pero hay un momento en que decimos: en casa nada me faltaba, pero aún no somos capaces de reconocer que nuestros padres veían mas allá, mas todo nos lo dieron y a muy pesar suyo nos dejaron ir, eso si esperando cada día a que regresáramos.
De la misma forma actúa Dios, El ve mas allá, sabe lo que tiene que acontecer, y nos espera todos los días, esperara a que gastemos como dice la parábola todo lo que tenemos, se angustiara cuando nos vea revolcados en el fango del pecado, pero seguirá esperando, y lo mas fastidioso es que sabemos que las cosas no andan bien, pero cuesta dar la razón a los viejos, cuesta dar nuestro brazo a torcer, y ehhhh que pensaran nuestros amigos ¿amigos? Te preguntas mucho después, amigos que andan tan perdidos como tu.
Todos andan perdidos, todos los que aceptamos al Señor anduvimos perdidos, a todos nos saco y nos protege, algunos andaban en sabanas de seda pero pecadores al fin y al cabo, a otros nos saco del vertedero, de lugares que ningún padre le gustaría ir a buscar a su hijo, pero a la final todos pecadores, y es cuando el corazón grita que ya no puede mas, que esta cansado y agachas tu cabeza para volver al lugar del que saliste para comerte el mundo y donde el mundo te comió a ti, y ahí esta esperándote con una sonrisa, no hay reproches, hay amor, hay arrepentimiento, por fin has vuelto a casa.
Quiero pensar que así Dios se alegro el día que me desgarre ante la Cruz, se que todo se perdono y se olvido, pero también soy consecuente que el pasado trae consecuencias, pero que no importan, ahora se que estoy con mi Padre, El que amándome me dejo salir al mundo para luego volver mas agradecida que nunca, que si no hubiese vivido lo que viví ahora no seria capaz de albergar este sentimiento tan profundo de agradecimiento, y amo al Señor, lo amo, pero no tanto por su perdón sino por todo lo que sufrió para que hoy pueda decir, un día fui a la Cruz y fui lavada por la Sangre del Cordero. Feliz porque se que mi Padre esta contento de que volviera a casa, y como hija suya cuida de mi, me instruye, me disciplina y prepara para mi un futuro que como casi siempre no comprendo para que todo sea mejor. Toda la honra y la gloria sea para El.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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