Ex 17:6 He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.
Podía haber usado algún versículo del Nuevo Pacto, pero este del Antiguo Pacto nos servirá, para que entendamos que ya entonces se anunciaba lo que tenía que ser y luego fue.
El pueblo de Israel, se quejaba constantemente y en esta ocasión la increpancia era porque tenían sed; Moisés como así le ordeno Dios, golpeo la roca, la peña de Horeb, y empezó a brotar agua viva, para el pueblo, tiempo mas tarde volvieron a tener sed, en esta ocasión no
hizo falta golpear nuevamente, sino hablarle para que el agua brotase. Herman@s hubo un último y único sacrificio para la reconciliación con Dios y el hombre, el Hijo fue golpeado, fue a la cruz y a partir de ahí todo aquel que cree en Cristo puede beber del agua que brota de ese sacrificio, y cuando vuelve a tener sed solo hay que postrarse y hablar con El porque al igual que la peña de Horeb de El siguen brotando ríos de agua viva.
¿Creo que se entendió, verdad? ¿Nos diferenciamos en algo de aquel pueblo escogido, que se quejaba por todo? Si somos sinceros personalmente pienso que no, herman@s si realmente hacemos examen de conciencia debemos reconocer que de vez en cuando nos quejamos sino es por una cosa por otra, como siempre digo como niños consentidos, y el Padre nos tiene que recordar que tiene el poder sobre todas las cosas, y al igual que al pueblo de Israel en su peregrinaje por el desierto, mediante Cristo nos da ese maná del cielo, nos da agua de la peña de Horeb, porque ese maná, esa agua no es otro que nuestro Rey y Salvador.
En las algunas de las congregaciones emergentes que hay en la actualidad, esas que de vez en cuando decimos que se predica a la carta, los herman@s son como esos peregrinos, siguen pasando hambre y sed, porque desde el púlpito no se predica al Cristo resucitado, no se habla del agua viva, de la piedra angular, si les hablan de comida, pero la receta no llega, y esa receta no es otra que postrarse ante el Señor a los pies de la Cruz.
A lo largo de las Escrituras el Espíritu nos ha dejado referencias de esa roca, de esa peña, en los Salmos por ejemplo en el Sal 78: 35 Se acordaban de que Dios era su roca, y el Dios Altísimo su Redentor, lo encontramos en el Nuevo Pacto, en 1Pedro 2: 6-8, incluso Pablo en la carta a los Corintios 3:11 hace referencia a la figura de la roca, pero ¿de que nos sirven todas estas referencias si en lugar de buscarlas y meditar en ellas, nos creemos lo que cualquiera pueda decirnos? Y es por ello que hay hambre y sed en muchas congregaciones porque quienes acuden son meros espectadores de un espectáculo soez y se creen lo que les dicen y les va bien a cada uno, en lugar de ir a la fuente, a Cristo, si realmente hablamos con la peña, ella nos contestara y nos dará, el Señor nos contestara y nos dará, pero muchos aun hoy en día se empeña en golpear la roca, cuando esta ya fue golpeada una sola vez, al igual que con una sola crucifixión hubo suficiente para que todo aquel que quiere aceptar al Señor, y para todos aquellos que nos golpeamos el pecho diciendo somos creyentes. Herman@s es como un encoger el alma cuando uno mira a su alrededor y dentro de uno mismo y ve que el mundo esta sediento, termino ya ¿hemos ido realmente a la Roca golpeada para tomar de el agua viva que brota de ella?
Vuestra hermana en Cristo Maika.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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