Isaias 57:21 No
hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.
Si hablamos normalmente con
alguien que no tiene al Señor en su vida, algunos confesaran su angustia, pero
normalmente al encontrarse frente a nosotros suelen afirmar con un
convencimiento altivo de que son felices, que su alma no tiene angustia
ninguna, que no necesitan de esa redención de la que hablamos, que ellos no
han
hecho nada como para sentirse mal, etc…. Es decir la lista de respuestas son
interminables, pero nosotros podemos mirarlos a la cara y decir, no, tu alma no
tiene paz, no tiene gozo por mucho que me digas, y probablemente nos respondan;
¿pero tu que sabrás de mi vida? Te digo que soy feliz, y te digo herman@ que
podemos seguir mirándole a la cara y decirle que no, porque las Escrituras son
claras, y lo vemos en este versículo: “no hay paz para los impíos”.
Unos saldrán corriendo, bueno ya
les alcanzara en su momento Dios, y sino misericordia tenga de los mismos, pero
otros se derrumbaran ante nosotros y confesaran que realmente no es tanto como
lo pintan, que si, que no están bien pero que en su vida a pesar de estar bien
sienten un vació, ¿y como no van a sentir ese vació? Es lógico ¿verdad? Y es
que herman@s no tienen al Señor en su vida, gloria a su Nombre, no hay paz, no
hay gozo sino has sentido que el Señor te ha lavado con su preciosa sangre,
cuando te entregas a El, ohhhh mi Señor cuanto te amo.
Y cuidado herman@s porque esto también
se puede dar para los que si dieron ese paso, pero se sentaron durante el
camino y decidieron no seguir, que han dejado de alimentarse del maná celestial
para alimentarse de sueños mundanos, que han dejado de correr a la búsqueda de
la santidad, para correr intentando conquistar quimeras que cuando piensas que
las alcanzaras y luego se desvanecen como castillos de arena, y después de todo
ello uno se siente abatido, cansado y dice : esto tampoco valió la pena.
¿Cómo va a valer la penaaaa? Se
hizo el camino sin cruz, se hizo el camino sin contar con Dios, pero alégrate
porque aún hoy hay tiempo, aun hoy puedes acercarte nuevamente o por primera
vez al Señor, entrégale tus cargas, tus anhelos, no es una humillación como la
que el hombre puede sentir ante otro hombre, sino que la humillación que se
siente ante el Señor, es un alivio para el corazón, para el alma, Santo es el
Señor, llora, ríe, abrázalo sin verlo pero siéntelo, nada mas hermoso existe
que sentir que el Cristo resucitado te abraza, ese abrazo de amor eterno, ese
abrazo de ya, ya todo paso, herman@s cuan grande es El. Si Señor, te amo, te adoro,
a ti clama mi alma Padre Santo, gracias porque nos amas, gracias porque a pesar
de errar me amas, porque me escogiste siendo como era, gracias Señor porque por
tu amor has ido transformando mi vida.
Herman@s, no dejes de sentir la
felicidad que nos da Jesús, no me importa que nadie te hablo de El, si hoy
estas leyéndolo es porque Dios así lo quiso, si eres de los que se sentó por el
camino, venga herman@ hoy te doy mi mano y te acompaño por el camino para que
te quedes a solas ante tu Rey, herman@s venga vamos a darle toda la honra, la
gloria y el Poder al Padre, porque nos ama, déjate abrazar por el amor mas
incondicional que nunca podrás sentir.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT.
DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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