Gál.1:6. Estoy
maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia
de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
Si nos
paramos a pensar un poco tan solo nos damos cuenta de que el Evangelio hoy en
día es deformado de tal manera que es lo mismo que decir lo del versículo; Hoy
en día se predica el Evangelio de dos claras maneras muy diferentes entre si.
El
verdadero Evangelio, el de
la voluntad de Dios, el que es del cielo, el que se
hizo real en la persona de Jesús el Cristo para redimirnos totalmente del
segundo tipo de evangelio predicado en muchos lugares hoy en día; un evangelio
cambiante dependiendo de la religión o denominación en el que se predique,
engañando (quizás en algunos casos de manera inconsciente) a los fieles.
Este tipo
de evangelio, el sustentado en las obras para conseguir el beneplácito de Dios,
es un falso evangelio, diferente.
La gracia
de Dios es la que nos capacita para toda buena obra, la que sea, el evangelio
de las obras para conseguir bendiciones es un falso evangelio.
El mismo
Dios es quien te capacita, no es el hombre, ni los sacramentos, ni las maneras,
ni las formas, ni los ministerios....la gracia nos es regalada nunca podremos
conseguirla por otro medio que no sea aceptando tan estupendo regalo.
Si sabemos
que somos salvos por gracia por que tantas veces se hace hincapié en las obras.
Sutilmente se predica una mezcla de religión con pequeñas pinceladas de la
gracia de Dios.
Y ese
segundo y falso evangelio es el que a muchos les obliga “legalmente” a realizar normas de hombres, es
el evangelio que provoca en muchos sentimientos de culpa, de temor a fallarle a
Dios, es el que tiene a muchos cautivos de manera que, tras sus rejas, no
logran ni ver el verdadero Evangelio, el que a vida conduce.
Hoy en día
se intenta justificar con la
Biblia un evangelio de obras, leyes, tradiciones. Si la
salvación dependiese de los legalismos actuales ninguno seriamos salvos; Gloria
a Dios, aunque muchos no lo entiendan, Cristo vive y es el único medio para
alcanzar la gracia, no las imposiciones de hombres por muy “justificadas” que
quieran presentarlas, incluso justificándolas con el verdadero Evangelio.
Toda obra u
acto que realicemos debe ser con amor y fe como salvos por gracia que somos, no
con obligación o temor tal como se hacia en el antiguo pacto. El verdadero
Evangelio libera, el falso te ata.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
http://www.devocionalescristianosmana.org.es/
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