MANSOS

Mt5:5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad

En la humilde opinión de esta que escribe, para mi entender es una de las bienaventuranzas que mas encierra. Bienaventurado el que llora, porque en ese llanto primero es el llanto de conocerse a uno mismo, y cuando alcanza el sentir misericordia para con los demás sabe llorar por el prójimo. Pero herman@s si antes no hemos llorado conociéndonos a nosotros mismos y sabiendo lo que el Señor hizo en nuestras vidas, es imposible llegar a la mansedumbre.
Aquel que es manso amad@s es aquel que
realmente vive bajo la voluntad de Dios, aquel que realmente depende de todo aquello que el Padre provee para su vida, aquel que aunque le injurien y lo apedreen, es capaz de mirar al cielo y decir: que sea tu voluntad Padre y no la mía, el manso es aquel que nunca osaría reclamarle nada al Señor, ni circunstancias, situaciones o momentos, sino aquel que dirá: no entiendo mi Rey, dame Palabra que conforme mi corazón y mi alma y sea hecha tu voluntad. Si nos damos cuenta la mansedumbre siempre ira ligada a la voluntad del Padre. Los golpes dolerán, las respuestas se harán eternas, tormentas que casi nos ahogaran, pero orara a Dios por su vida y esperara que actué. Algunos dirán que las personas que se comportan así son insulsas, que no tienen sangre, no herman@s, eso no es cierto, porque puedes sentirte explotar pero entiendes que esa explosión no será de provecho en nuestra vida y contendrá el arranque y se humillara ante el Creador, ante el Salvador esperando que Dios se glorifique en su vida. Herman@s cuando somos justicieros no habrá mansedumbre, la persona que sigue manteniendo su orgullo, no se ha entregado por entero al Señor, pero amad@s para alcanzar la mansedumbre que Dios reclama primero tiene que existir una pobreza de espíritu, para que se convierta en una virtud, el Señor era manso, y si somos seguidores del maestro nuestra aptitud tiene que ser mansa, ya que el pobre de espíritu es aquel que se lamentara de tantas cosas que cree que le faltan y tiene derecho a tenerlas, no nos equivoquemos, cuando nos entregamos a Cristo nada ya nos pertenece y empieza nuestra transformación en el corazón, pero mientras reclamamos lo que pensamos que es lo justo para nuestras vidas nunca llegaremos a ser mansos, y recordemos herman@s, nada es el hombre para que pida insolentemente nada a Dios, vivimos porque así lo desea El, no por nuestras propias capacidades. La mansedumbre tiene que ver con un estado propio, y un sentimiento hacia los demás, es decir hacia el prójimo. Dentro de la sociedad en la que nos movemos es complicado mantener esa mansedumbre, pero herman@s todo es posible en Cristo que nos fortaleze, hemos recibido la gracia del Todopoderoso y no podemos mancillarla con arranques de ira, el que es capaz de ser manso, sera capaz de darse a los demás, escucharlos y darse así mismo, como el Señor se entrego por todos nosotros. El manso tendrá siempre una disposición a doblegarse ante el Señor, aquellos que cuando algo no entiendan, buscaran la dirección del Espíritu, los mansos son aquellos que caminan con Dios y hablan lo que Dios dice ahhhh herman@s el manso es aquel que se pondrá en ultimo lugar, porque entiende que los primeros son los pecadores y que su tarea es predicar el Evangelio, por tanto todos aquellos que subidos a un pulpito simplemente se llaman creyentes pero les envuelve un aire de superioridad nunca podrán decir que son mansos, en la mansedumbre no hay jactacion, renunciara a lo que tiene si se encuentra ante un verdadero necesitado, porque sabe que Dios volverá a proveerle y así podría seguir, pero creo que ha quedado claro.
Bienaventurado los mansos de corazón, porque ellos son los que hacen la voluntad de su Padre………………..
Vuestra hermana en Cristo Maika.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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