Sal 28:7 El Señor es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.
Mejor nos iría si realmente creyéramos en esta promesa. Desánimo, falta de interés, y una larga lista , cada cual añada la suya, que yo también tengo las mías, pero llegado ya ha este punto, donde las profecías se están cumpliendo, donde la pobreza es cada vez mas grande, las naciones se destruyen unas a otras por interés que ni se entienden, donde hay
una pandemia de personas dejando sus hogares en busca de una vida mejor y se mercadea con ello, yo no puedo decir cuando porque nadie lo sabe, pero los tiempos se acercan, y como leí en un post que compartió una hermana: siento si mis publicaciones te molestan o mis palabras te hieren, pero fui llamada a ser sal no azúcar. Y ahí es donde radica el problema la gente se ha olvidado de ser sal y tan solo quiere endulzar su paladar. No digo que sea sencillo porque no lo es, pero herman@s para todos aquellos que estamos en Cristo, cuando sentimos que algo malo nos sucede y acontece en nuestras vidas , hay tres opciones, una dejar que te marque, dos dejar que te destruya y tres dejar que te fortalezca. Las dos primeras son las mas socorridas entre nuestros herman@s, muchos han tirado la toalla, dicen ya no poder mas, pero si dejamos que esa circunstancia nos enseñe, que nos fortalezca, entonces es cuando podemos decir el Señor es mi fortaleza y mi escudo, porque a pesar de los pesares, hemos confiado en El, porque a pesar de no entender sus tiempos oramos para que podamos soportar, cuando el corazón del creyente esta confiado en la Roca firme, que soplen los vientos de los cuatro puntos cardinales, el Señor es nuestro escudo, confiamos y fuimos ayudados, y es por ello que nos debemos gozar, no intentemos seguir al Señor para recibir una corona, sino mostrándole lo que es Rey y Salvador y si así lo decimos, aunque el desanimo llegue a nuestras vidas, que sea un desanimo momentáneo, porque sabemos que tenemos un Dios de Poder.
Pasamos mas tiempo escuchándonos a nosotros mismos que a Dios, en ningún sitio del las Escrituras nos dice que tenemos un tiempo limitado para orar, para comunicarnos con el Señor, todo lo contrario nos insta a que oremos sin cesar, amad@ herman@ si nos creemos que por ese desosiego le estamos fallando a Dios y pensamos que no desea escuchar nuestras suplicas, estamos equivocados, el Señor tiene todo el tiempo que necesitemos para escucharnos, es mas desea escucharnos y hablarnos, y si sabemos escuchar, entonces podremos decir sin reparo: el Señor es mi fortaleza y mi escudo y en El me gozare.
Tu Padre tiene tiempo para ti, y para ti, y para mi, desea que le abramos nuestro corazón que le traslademos nuestras inquietudes, y que le adoremos en Espíritu y verdad. Tu mi herman@ que sigues a Cristo, si hoy sientes que ya no hay esperanza te digo, en muchas ocasiones todos nos hemos sentido así, pero si a ti, te digo habla con el Hijo, y multiplicara tus fuerzas y nada podrá bajarte de la Roca firme que es Cristo.
Vuestra hermana en Cristo Maika.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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