Prov 28:13 El que encubre sus
pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia.
Sabemos bien que encubrir nuestros pecados hace que
retrocedamos en nuestro hacer, ya no es tan solo que no nos estamos mostrando
limpios ante el Señor, ya no es que si no nos arrepentimos de aquello que es
pecado es imposible implorar misericordia, ya que dejamos que el orgullo se
apodere de nosotros y al ocultarlos no dejamos que el Señor nos limpie de
ellos, tampoco es tan solo
confesarlos y como ya hemos sido limpiados volvemos
a ellos, la palabra perdón conlleva tantas cosas. Desearía que hoy se
entendiera desde un punto de vista que tal vez no se toca demasiadas veces, lo
normal es que cuando se habla del perdón se haga como antes he reseñado, o de
que debemos perdonar a aquellos que nos ofenden, pero herman@s vamos a ir mas allá
hoy, ¿Qué pasa cuando somos nosotros los que ofendemos? De la misma forma que
nos ofenden a nosotros y debemos perdonar como el Señor perdono nuestras iniquidades,
debemos ser consecuentes con nuestros actos y palabras, unas veces ofendemos
sin darnos cuenta y otras nos dejamos llevar por el orgullo y cuando nos
sentimos heridos, intentamos dar allá donde mas duele, pero mis herman@s si
somos conscientes que un acto nuestro o unas palabras nuestras han causado
ofensa, daño a otra persona, debemos buscar también el perdón, primero buscar
el perdón de Dios, porque hemos pecado y en segundo lugar a aquella personas o
personas a la que hemos causado algún dolor por nuestras actuaciones o por
nuestras palabras. Somos muy dignos cuando somos ofendidos en exigir que esa
persona se disculpe con nosotros, pero seamos sinceros con nosotros mismos y
admitamos que cuando somos nosotros los causantes de la ofensa cuesta mas,
primero intentamos justificar nuestra actuación, buscamos como salir de ello y
en algunas ocasiones nos mantenemos tercos en que si ofendimos es porque había
un motivo, y no es así hermanos, no podemos caer en ello, sabemos que no somos
perfectos y que la carne se levanta, pero que ello no sirva de excusa para
afrontar lo que hemos hecho o dicho, y tengamos la valentía de afrontar la
situación y sepamos pedir perdón a quién agravamos ,no es fácil bien lo se,
pero no hacerlo es dar paso al orgullo, al rencor, a no alcanzar paz y deja que
te diga algo herman@, bastante tenemos en nuestro caminar para que carguemos
con una mochila llena de remordimiento, porque eso es en lo que se convierte no
saber pedir perdón, en una mochila de remordimiento, de talvez, de es que había
un motivo, de un vivir sin sentir que hay amor en nuestra vida.
El Señor perdonó, y nos perdono a cada uno de nosotros, nos
da amor y capacidad para amar, pero en el momento que no sabemos reconocer que
hemos sido capaces de ofender a alguien es como encubrir un pecado, y escrito
esta, que quien los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia. Si realmente gozamos y sentimos el amor del Señor y nos hemos
sentido perdonados por El, hagamos examen de conciencia y busquemos a aquellos
que ofendimos y mostremos nuestro arrepentimiento ante ellos, pero nunca
pensando que con ello contentamos al Señor, sino porque estamos en la
convicción que es lo correcto, no por miedo a la represaría de Dios, sino
porque como criaturas nuevas que somos, hemos aprendido a dejar el orgullo a un
lado y no deseamos que nadie se sienta herido por nuestro hacer.
Pidamos que el Espíritu nos
examine, nos muestre, y hagamos lo que tenemos que hacer…….Y recuerda Dios no
puede ser burlado.
Vuestra hermana en Cristo Maika.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
http://www. devocionalescristianosmana. org.es/
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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