I
Pedro 4: 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de
Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos
que no obedecen al evangelio de Dios?
Toda La Palabra nos habla, mejor dicho, nos transmite la Palabra de Dios, pues es Dios mismo quien inspiró para dejarnos su eterno e incorruptible mensaje en el tiempo. Sabemos que tanto su voluntad como el mensaje redentor de la cruz no ha variado; fue, es y será siempre el mismo.
Tal como indica el versículo, esta Palabra "como espada de dos filos", penetra, rompe, arranca y cualquier otro calificativo que desees añadirle, con la intención de mostrarnos a nosotros mismos como somos y como deberíamos ser tal cual es Su voluntad. Es por eso que La Palabra muchas veces no suele gustar; cuando nos predican, o leemos esa parte que hace daño, que nos muestra el pecado que cometemos, que nos marca la única dirección posible, que algunas veces es la misma que llevamos, otras no, o mejor dicho; no en todos los aspectos de nuestras vidas seguimos el camino por el Padre marcado.
Estamos ya en el tiempo de que ya no sirve predicar el mensaje que gusta, el que hace sentir bien, el que llena congregaciones; estamos en tiempo de predicar y presentar la dura realidad para quien no esté siguiendo el camino marcado por nuestro Señor.
Ya se acaba el tiempo y la verdad debe ser presentada, debemos predicar la verdad y no amorosas palabras que solo sirven para hacernos sentir bien.
El único y verdadero mensaje es que o seguimos los pasos de nuestro Señor con obediencia, humildad y servilismo o seguiremos siendo hombres pecadores, de esos que cuando se nos presenta la verdadera Palabra nos corta la carne y el hueso; es la única manera de dejar esas partes de nosotros que no deben acompañarnos en el camino de salvación.
Debemos dejar nuestro ego de hombres y dejarnos cortar por El.
Toda La Palabra nos habla, mejor dicho, nos transmite la Palabra de Dios, pues es Dios mismo quien inspiró para dejarnos su eterno e incorruptible mensaje en el tiempo. Sabemos que tanto su voluntad como el mensaje redentor de la cruz no ha variado; fue, es y será siempre el mismo.
Tal como indica el versículo, esta Palabra "como espada de dos filos", penetra, rompe, arranca y cualquier otro calificativo que desees añadirle, con la intención de mostrarnos a nosotros mismos como somos y como deberíamos ser tal cual es Su voluntad. Es por eso que La Palabra muchas veces no suele gustar; cuando nos predican, o leemos esa parte que hace daño, que nos muestra el pecado que cometemos, que nos marca la única dirección posible, que algunas veces es la misma que llevamos, otras no, o mejor dicho; no en todos los aspectos de nuestras vidas seguimos el camino por el Padre marcado.
Estamos ya en el tiempo de que ya no sirve predicar el mensaje que gusta, el que hace sentir bien, el que llena congregaciones; estamos en tiempo de predicar y presentar la dura realidad para quien no esté siguiendo el camino marcado por nuestro Señor.
Ya se acaba el tiempo y la verdad debe ser presentada, debemos predicar la verdad y no amorosas palabras que solo sirven para hacernos sentir bien.
El único y verdadero mensaje es que o seguimos los pasos de nuestro Señor con obediencia, humildad y servilismo o seguiremos siendo hombres pecadores, de esos que cuando se nos presenta la verdadera Palabra nos corta la carne y el hueso; es la única manera de dejar esas partes de nosotros que no deben acompañarnos en el camino de salvación.
Debemos dejar nuestro ego de hombres y dejarnos cortar por El.
Vuestro hermano en Cristo Soldado de Dios.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
http://www.devocionalescristianosmana.org.es/
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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