Prov 3:11 No menosprecies, hijo
mío, el castigo del Señor, Ni te fatigues de su corrección;
Si Señor prefiero que seas Tu el
que me corrijas que no las consecuencias de mis errores. Herman@s sabemos que
tenemos un Dios de amor y que nos ama, lo leemos en la Escritura y escribimos
muy a menudo de ello, mas cuando llega esa parte de corrección, la parte esa en
la que
nos advierte que nuestras rebeliones o la desobediencia conlleva dice
la Palabra un castigo, particularmente la palabra castigo no me agrada
demasiado, ya que un castigo conlleva a unas consecuencias en nuestras vidas
que son muchas veces dolorosas para el corazón.
Herman@s no debemos dar paso al
castigo por parte del Señor, pero si debemos aceptar y con agrado la corrección,
y ser disciplinados por Dios mediante su Santo Espíritu hace en nuestro corazón
en nuestro ser.
Imagino que para el Señor vamos a
llamarlo castigarnos, no le debe ser plato de buen gusto, pienso que debe
entristecerse cuando podemos ser bendecidos con tantas promesas y tomamos el
camino de la desobediencia, decidimos que podemos tomar las riendas de la barca
en medio de la tempestad y nos olvidamos que cuando el Señor habla, el mar, el
viento reconocen la voz del Creador.
Hay la desobediencia del porque yo
soy así y el Señor lo sabe, esa es complicada y nos costara un precio tan alto
que cuando nos encontramos derrotados tirados en el suelo, solo entonces
aceptaremos el castigo y sus
consecuencias, mira herman@ cuando la desobediencia quizás llega por ignorancia,
tampoco tiene excusa ya que la Palabra nos dice que aquel que quiera sabiduría
la pida, entonces nuestra ignorancia es por la pereza de abrir nuestra Biblia y
leerla, estudiar lo que en ella Dios nos ha revelado su voluntad, sus promesas,
sus advertencias, ello también conlleva sus propias consecuencias.
En todo caso como el padre que a
su hijo corrige ante la rebeldía, por las malas compañías, por aquello que por
el amor que tiene por su hijo no se cansara de corregir, Dios actúa de la misma
forma con sus hijos, con nosotros, y de la misma forma que tu madre o tu padre
te castigaría por desobedecerles, de la misma forma lo hace tu Padre que esta
en los cielos. No tomemos como algo personal, o de mala manera la disciplina,
la corrección porque entonces las consecuencias no nos gustaran, mas si las
tomamos con humildad, reverencia y acatándolas porque el Señor desea que seamos
mejores, que vayamos en un camino de santidad, para que nuestro galardón sea
hermoso. Para terminar lo hago como empecé, prefiero la corrección del Señor
que no las consecuencias de mis errores…….
Hoy te toca reflexionar y aceptar
lo que nos viene porque casi puedo poner la mano en el fuego y no me quemo, que
si no lo hacemos de esa forma, nuestra vida de creyente puede tornarse como
algo muy pesado y no debe ser así, la vida del creyente es complicada, pasamos
de una prueba a otra sin tiempo casi de reponernos, pero también sentimos gozo
cuando sentimos el amor del Rey, cuando sabemos que podemos acercarnos a El,
sin intermediados, y no olvides que el Evangelio es poder de Dios, nosotros
decidimos ser creyentes así que vamos a caminar como verdaderos cristianos………
Vuestra hermana en Cristo Maika.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
http://www. devocionalescristianosmana. org.es/
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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