Sal 105:1¡Alabad al Señor, invocad
su nombre, dad a conocer sus obras entre los pueblos!
Tenía cuando empecé a caminar en
los caminos del Señor, un pastor de edad ya avanzada, el cual aún vive, un
hombre que consagro su vida y de la misma forma su familia al Señor. Siervo allá
donde lo hubiere, nunca había un no en su vocabulario, yo le decía que parecía
una farmacia abierta las 24h del día. Me contaba como habían ido
de un lugar a
otro, siempre predicando el Evangelio, explicando a quien encontraban por el
camino las excelencias de Aquel que dio su vida por nosotros, y a lo que iba
siempre decía que nunca conseguía tener zapatos nuevos, ya que siempre se le
estropeaban pronto.
Herman@s no estoy hablando de
misioneros en especial, ya que el Pastor que os indicaba hacía mucho tiempo que
no lo era, no todos debemos ser misioneros para hablar del Evangelio, la
comparativa de los zapatos quiere decir, que nunca uno esta quieto cuando sirve
al Señor, cuando se deja utilizar por Dios, cuando caminamos por el camino
angosto encontramos de todo en el camino, trozos llanos, otros con muchas
piedras, otros tal vez desérticos y también
nos encontramos escalando montañas, de forma que nuestros zapatos, nuestro
calzado se va estropeando mucho, cuando decidimos cumplir el mandato del Señor
de ir a predicar al Evangelio a toda criatura. Amad@s el que tenga el llamado
de salir del entorno en el que vive pues bien, pero para predicar las Nuevas
Buenas podemos hacerlo con los que tenemos a nuestro alrededor, hay muchos que
aún están ciegos, sordos, leprosos del pecado, sus cuerpos llenos de
vanalidades que el mundo los ha contaminado. Pero herman@s para ello es
necesario levantarnos, salir, caminar, alabar al Señor, con cánticos, con
nuestra apariencia, con nuestro vestir, con nuestro testimonio, clamar a
El, gritar: Señor heme aquí, habla que
tu siervo escucha. Bendito sea el Cordero de Dios, nada mas hermoso y
gratificante para nuestras vidas cuando somos usados y abrimos nuestros labios
y el Señor nos pone palabra santa en nuestras bocas, ahí, ahí herman@s es
cuando hablan también nuestros zapatos, haber que nadie diga que estoy
escribiendo que debemos ir con zapatos rotos y que el que siempre lleva un
calzado impecable no esta haciendo lo que debe (lo aclaro, porque últimamente
buscan el punto o la coma para que se confunda el mensaje).
El que hablen tus zapatos mi
herman@s es simplemente una frase hecha, no se encuentra en ninguna parte de la
Palabra, pero si encontramos como en el versículo de hoy de que alabemos al
Señor, que le invoquemos , es decir que clamemos a El con fe y confianza, para
que seamos útiles a la hora de dar a conocer sus obras, su amor hacia todos los
hombres que desean recobrar la vista, hacia aquellos que desean ser curados,
sanados de alma y corazón, para aquellos que entienden y doblan sus rodillas
para ser lavados con la sangre de Cristo.
Herman@s que nuestra voz se quiebre
de tanto pregonar, porque somos pregoneros, embajadores del reino, y no lo
olvides que nuestros zapatos hablen de nuestro día a día. Recuerda herman@ que
Dios nos ama, y nos ama mucho y que demanda de nosotros obediencia……..
Vuestra hermana en Cristo Maika.
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
http://www.
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