Juan 18: 11 Jesús entonces
dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado,
¿acaso no la he de beber?
Somos la creación mas
importante de Dios, de eso no hay duda. Cuando un ingeniero, un hombre,
construye cualquier tipo de mecanismo para que realice la función que sea y, al
ponerlo en funcionamiento, no cumple con su propósito deseado sucede, ni más ni
menos, que
es desechado; se vuelve a construir otro, rectificando los fallos
que tenia el primero para que al fin sea perfecto para la función que ha sido
creado.
No hay duda tampoco en el
hecho de que como hombres, como criaturas por Dios creadas, no cumplimos las
expectativas de nuestro Padre y Creador, que nuestra manera de vivir no es como
debería ser, que no nos comportamos como se esperaba de nosotros desde la
creación.
Hermoso es saber que, por su
inmerecida gracia, por su infinito amor por todos nosotros, El sigue trabajando
en todos los que, gloria a El, volvemos a nacer.
Nos dejó su Palabra para que
pudiésemos conocer lo que espera de todos sus hijos, lo que debemos o no hacer,
y aún así cada día pecamos pero, ante nuestro sincero arrepentimiento, vuelve a
trabajar en nosotros, de dentro a fuera, para instruirnos y señalarnos el único
camino posible para que algún día, a su tiempo, poder estar eternamente en su
presencia.
Pocas veces, por no decir
casi ninguna vez, se oye predicar que el juicio de Dios a los hombres empezará
por su Iglesia; una Iglesia que en estos tiempos y, como norma general, esta
oyendo o leyendo una Palabra “light”, una Palabra usada para que esta sea
adaptada al hombre y no que sea el hombre el que se adapta a la voluntad y
Palabra de Dios.
Se está presentando un
mensaje en el que se nos dice que todo lo podemos conseguir, que nada es
imposible para nosotros, que todo lo que pidamos al Señor será concedido……y si,
realmente es así, con un pequeño matiz:
Este mensaje no nos dice que
la vida cristiana debe ser humilde y sacrificada, tan solo presenta el lado
bonito olvidando que cada día debemos humillarnos ante el Señor y que, en
definitiva, no obtendremos lo que anhelamos como hombres; tendremos o tenemos
lo que El sabe que necesitamos, ni más ni menos, tendremos o tenemos todo lo
necesario para que como hijos suyos cumplamos nuestra labor encomendada dentro
de su Iglesia, y eso no quiere decir que se nos esté negando ninguna bendición,
ni material, ni física ni espiritual.
Jesús el Cristo también
pidió al Padre numerosas veces durante su ministerio terrenal, nos enseño a
orar y pedirle a Dios, y hay una parte que muchas veces dejamos de lado en
nuestras oraciones:
Que sea su voluntad y no la
nuestra.
DIOS OS BENDIGA EN EL
PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ. Soldado de Dios
http://www.devocionalescristianosmana.org.es/
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