Gal 6:14 Pero
lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por
quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
Cada día me enfrento ante una hoja
en blanco, donde no quiero repetirme, donde no deseo aburriros, pero a la final
es que por muchas vueltas que le demos a los mensajes todos llegan a un punto a
la Cruz.
Nada me emociona y me llena como
escribir o hablar de la Cruz, esa Cruz donde se dio paso al hombre a
reconciliarse con Dios, donde poder arrepentirse, donde ser lavado, donde dejar
la venda de nuestros ojos, donde podemos entrar en el aposento sagrado, donde
Dios nos reconoce como hijos, donde el Hijo del hombre, cargo todo el pecado,
todo, Dios cuanto dolor y si le añadimos el dolor de la propia crucifixión, donde
empezó el descenso del Señor a los infiernos para resucitar al tercer día,
donde ya no hay excusas para vivir apartado de la gracia de Dios, donde podemos
dejar de echar un pulso con lo sagrado, porque ese pulso es el que el diablo
quiere que mantengamos con la Cruz, nos dará todos los medios para que
detestemos la obra sublime del Padre, nos ofrecerá todas las trampas y mentiras
para que creamos que nos bastamos solos, ruido, música, teatros, fiestas, la
era del egocentrismos, del culto al cuerpo, de ser mejor que cualquiera al
precio que sea, todo ello hará que nunca se pueda llegar a compartir una vida
eterna, es decir conocer al Padre y al Hijo, mas como algunos nos llaman, “los
pesados” porque hablamos de que si es posible alcanzar esa Cruz, desechando
seguir jugando a ser Dios, es posible cuando la vanidad, el orgullo se entrega
con un corazón arrepentido ante la Cruz. Ahhh herman@s no importa que me digas
que esto ya lo sabes, no importa que me digas que cambie el tema, no me importa
porque el Señor dejo un mandato para ti y para mi, y era y es predicar el
evangelio a toda criatura, y ello se consigue dando honra y gloria a Dios,
regresando cada día a la Cruz, y levantarse con Ella, Señor nada mas
reconfortante para mi corazón que postrarme ante ti, reconocer que nada soy sin
ti, que nada puedo sin ti, y que mediante tu Santo Espíritu dirijas mis pasos,
mi vida, para poder hablar a otros del amor infinito que tienes para todos
aquellos que deciden seguir echando un pulso con Dios……..DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ. Maika
http://www.
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