Sal 139: 24 Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno.
¿Cuántas son las ocasiones en las que nos olvidamos de pedir al Señor que nos guié? O de pedir con verdadera sinceridad ¿Padre sea hecha tu voluntad y no la mía?
Cierto es, que el intentar mantener lejos el deseo de hacer nuestra propia voluntad es
una lucha diaria, mas siempre podemos pedir al Señor que nos enseñe, que nos muestre cual es esa voluntad para con nosotros, ya que tantas son las veces que lo que Dios desea de nosotros es contraria a lo que nosotros pensamos que debemos hacer, y siempre viene por lo mismo, porque primero nos escuchamos a nosotros y luego cuando las cosas empiezan a cambiar de color, buscamos la dirección del Espíritu.
Y es que no podemos negar que en un primer momento parece mucho mas sencillo hacer nuestra propia voluntad, que obedecer a Dios, aunque lo hagamos con la mejor de las intenciones, pero también sabemos que ello no nos lleva mas que a dar vueltas a un mismo círculo que no nos conduce a ningún lugar.
No nos asuste la gran cantidad de errores que cometemos, si conscientes de ellos nos acercamos con verdadero arrepentimiento y los presentamos ante el Señor, mas luego cuando marchemos no volvamos a pecar, es decir no volvamos a instaurar esa dictadura de hacer lo que uno quiere, somos libres en Cristo Jesús, libertad para escoger entre lo bueno y lo malo, pero si aceptaste el contrato, cumple todas las cláusulas , y una de ellas es la obediencia, es hacer la voluntad del Padre, y no la nuestra, herman@s cuando un hombre o una mujer de Dios abre su corazón ante el Trono de Gracia, se abren las ventanas de las bendiciones, porque no hay misericordia para la hipocresía y el falso arrepentimiento, mas todo nos es dado cuando a pesar de caernos, luchamos para que se cumpla la voluntad de Aquel que nos creo.
Atrévete y ten cuidado por ello, porque cuando clamamos al cielo y decimos: Señor quiero hacer tu voluntad, esa plegaria no cae al vació y Dios empieza a disponer tu camino, un camino que no será fácil pero que te llevara a la victoria, vendrán momentos en que nuestra voluntad deseara fervientemente instaurarse pero no debemos darle paso, y si dejar que el Espíritu de Dios tome la guía para mostrarnos nuevamente el camino, el camino de la verdad, de la rectitud, de la obediencia, el camino del servicio.
Ahora la pregunta es otra ¿realmente deseas hacer la voluntad de Dios? Si es así demos gracias a Dios y a su gran poder, y clama alto y claro: SI SEÑOR QUIERO HACER TU VOLUNTAD, grítalas con convicción, con determinación, con seguridad y con verdadero amor por Aquel que dio su sangre por ti y para todos aquellos que quieran disfrutar del amor de Dios……..
DIOS OS BENDIGA PODEROSAMENTE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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