Jn 1:51 Y le dijo: En verdad, en verdad os digo que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.
Hoy es uno de esos días en que de manera mas enérgica quiero expresar mi angustia y tristeza ante el pecado, cuesta escribir lo que puede sentir mi corazón ante ello, pero también se que no soy digna ante el Señor, ya no tan solo por mis pecados, sino por
los pecados de aquellos que me rodean, sus comportamientos, actuaciones son como un martillo en mi mente recordándome lo inmerecida que soy ante la misericordia de Dios Padre, pero ante tanta indignación debo decir también que cada día mas me asombra comprobar el gran amor de Dios para con nosotros, aún cuando le fallamos día tras día.
Y es que herman@s solo basta con mirar allá fuera, para ver como la maldad va creciendo por momentos, la perversidad del corazón del hombre esta llegando a unos limites que ya nada tiene valor, se mata, se roba, porque el precio a pagar es barato, y se creen en la posesión de ajusticiar, olvidando que ya tenemos una justicia divina, que juzgara la mentira, el engaño, la jactancia, la gran hipocresía que se esconde tras sonrisas falsas que también olvidan que a Dios no se le puede burlar.
Y grito alto y me desespero cuando hablo de aquel dio su vida por mi, mi Señor Jesús, y pocos quieren oír la verdad, la mayoría prefiere endurecer sus corazones sin temor a nada, jactándose de sus pecados como si fuesen hazañas dignas de recordar, sin sentir que tienen necesidad de acercarse a la Cruz, humillarse para poder ser perdonados.
Y ya si hablamos de los muchos que dicen creer y piensan que ya son buenos porque creen en Ti, o hablan de Tí y se glorifican a si mismos porque han recibido tu gracia, herman@s que dejaron el camino el camino estrecho, para caminar a su comodidad.
Tan solo nos queda pedir y clamar a Dios que tenga misericordia de este mundo, del hombre cegado por el pecado vestido de realidad, que su bondad haga entender que no hay otro camino, otra escalera que nos lleve a la vida eterna que no sea Jesucristo, el único que puede perdonarnos y justificarnos, para que la obra hecha en la Cruz no haya sido en balde…….
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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