Rom 12:19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Señor como olvidamos lo que nos enseñas cuando nos sentimos ofendidos y dañados, perdona nuestra necedad.
Si herman@s, hay situaciones, momentos en los que nos sentimos injustamente ofendidos, abusados, maltratados de una forma u otra, por personas que normalmente forman nuestro entorno social, familiar e incluso entre
“ herman@s “ , pensamos que podemos relajarnos porque son personas a las que conocemos y amamos, y por ello la ofensa duele mucho mas, ya que la podemos esperar de cualquiera pero no de ellos, y es cuando de verdad nos damos cuenta que las Escrituras, fuente de toda sabiduría nos dice ; que por sus frutos los conoceréis, un corazón duro, dispuesto a dañar a otro, no se puede ocultar siempre, un día u otro sale a la luz, y es ahí donde lamentablemente nos sentimos agredidos.
El primer impulso de la carne es tirarnos a la yugular de quien nos ofendió, olvidando así lo que el Señor nos enseño, siendo insultado, maltratado, callo, asumió con paciencia y sufrió, porque no era El, el que debía batallar en esos momentos sino Dios. Y para nosotros debería ser lo mismo, no debemos tomar venganza por nosotros mismos y olvidarnos que tenemos un Padre que vela por nosotros, un Rey que batallara nuestras batallas, debemos sufrir pacientemente así como lo hizo el Señor, ya que Dios se agrada cuando depositamos nuestra confianza en todos los ámbitos en el, el merito nuestro no es ser paciente, pero si , sufrir por hacer el bien y soportarlo con la consolación de que Dios tiene el control, por tanto aunque sintamos que podemos caer en ansiedad o temor, deja que te diga mi herman@ hoy, que el Señor de los Ejércitos ya esta preparado para la batalla, no queramos tomar el control nosotros y hacer su tarea, mas nos queda clamar al cielo y pedir discernimiento, el dominio propio necesario para que podamos soportarlo y esperar con humildad que nos entregue la victoria, porque puedo darte fe herman@, que Dios pone a tus enemigos a tus pies, nadie se ríe, ni se burla de un hijo de Dios, se que es dolorosa la espera, mucho lo se, porque la he pasado, pero cuando te entrega la victoria al contrario de sentir satisfacción, como os diría , satisfacción mundana, sientes una paz, y un agradecimiento que no se puede describir e incluso ves a tu enemigo, e imploras misericordia para El. Grande es el Señor.
A nadie le gusta ser objeto de mentiras, difamación y burla, pero aprendamos en cada una de ellas ver la mano de Dios, donde podrá glorificarse y dar testimonio de que tenemos un Dios vivo, un Dios Poderoso, que obra con justicia y sabiduría………………………
DIOS OS BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT. DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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