Lucas 22: 32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Ves mucha gente, y ya no solo por este medio, con una perdida de fe enorme por las situaciones que sufren en el día a día. Cada día recibimos mensajes, es lógico llevando un ministerio como este, y hay de todo;
agradecimientos, críticas, consejos, en definitiva mensajes buenos y otros no tanto, de casi todos sacamos algo positivo.
Uno de los últimos mensajes que recibimos venía a decir que es fácil dar consejos e intentar animar al que sufre cuando uno está bien (sentadito en una silla frente a la pc) decía el mensaje textualmente.
Tiene toda la razón la hermana que lo mandó, es fácil predicar “la teoría” cuando “prácticamente” no sufres o no tienes tribulación, es relativamente fácil escribir bonitos mensajes cuando tu vida esta tranquila.
Su mensaje me hizo reflexionar y preguntarme; Si yo fuese quien lee cada día estos devocionales y no uno de los que los escribimos casi seguro pensaría lo mismo que ella me dice.
Yo, como muchos otros, he “vivido” el mundo, me dejé llevar por el y, siendo ahora cristiano, sufro todavía consecuencias de mi modo de vida pasado.
Puedo presumir de haber tenido el “privilegio” de poder trabajar 2 meses en los últimos casi cinco años; y no pierdo la fe en que mi Señor, si es su voluntad, arreglará la situación, y durante este tiempo nunca me ha faltado nada, nuestro Dios provee y utiliza lo que sea, a quien sea, para bendecirte y suplir tu carencia.
La enfermedad física me toca de cerca aunque no en mi persona; Mi Señor sanará a su tiempo si es su voluntad, creo firmemente en ello.
Dios dispuso todo para que dejáramos el hogar que teníamos y la familia en la región que nos vio nacer, Dios dispuso para que empezásemos una vida nueva llevando La Palabra desde donde vivimos ahora, empezando de cero.
Si algo he conseguido aprender de todas estas y otras situaciones es a no perder la fe en mi Señor, en nuestro Señor, fue difícil, no lo niego, muchas noches de desesperación hubo, pero aprendí a dejarle hacer.
Yo también me he preguntado (en pasado) por que Dios no escucha mi oración; me hizo ver que El siempre responde, que era yo que no sabia escuchar.
También llegué en su día a preguntarme lo que muchos se preguntan a veces; ¿donde esta ahora Dios con todo lo que estoy pasando? Y la respuesta es fácil, de seguro la habéis oído alguna vez (creo fue Albert Einstein quien la dijo); “Puedo decir donde no está, en tu corazón”.
He aprendido a dejar que sea El quien lleve la situación, a no entrometerme, a no querer ayudarle (El Padre no necesita mi ayuda solo me pide obediencia y fe) he aprendido que si caigo vuelve El a levantarme, que si a veces dudo me reconforta con una mayor fe en El.
He aprendido que La Palabra de Dios, por mucho que a veces pueda costar entenderla es la única verdad que existe, de principio a fin.
Puedo hoy en día y Gloria a Dios decirte sin ninguna duda que no pierdas la fe en nuestro Padre celestial, que por muy duro, por muy difícil que veas todo El siempre está ahí, no seas tu quien lo aleje de ti, fe herman@, no perdamos la fe en El, ni un instante. Si El te llamo es por que te ama, no para dejarte tirado en el camino sino para acompañarte siempre mientras estés tu en El. Gracias Padre por cada segundo de vida, gracias Padre por que gracias a todo lo que me ha tocado y me toca vivir, con fe y Gloria a Dios, me sirve para ayudar a mi hermano.
DIOS TE BENDIGA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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