Génesis 4: 9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?
Cuanta gente se pregunta todavía, en pleno S.XXI; ¿Dónde está Dios?¿Existe realmente?¿Si existe por que permite tanta atrocidad?¿Como puedes decir que ama viendo todo lo que acontece en el mundo?
Entre tanta pregunta, tanta duda y tanta incredulidad, muchos de nosotros en algún momento de nuestro camino
no hemos sabido responder, sobre todo en nuestros primeros pasos.
Realmente las preguntas que se están haciendo son las que yo mismo, quizás tu también, me hacía antes de aceptar al Señor; la respuesta es otra pregunta, la que Dios hace en este versículo.
No creo que ningún creyente no haya oído esta pregunta en su interior, al igual que Adán la oyó todos los hombres en algún momento de nuestras vidas la oímos, Gloria a Dios muchos bajamos la cabeza y nos decidimos ha acercarnos a su luz, lamentablemente otros muchos hacen oídos sordos.
Fue el hombre quien abandonó a Dios, y El sigue amando, nunca abandonará al hombre.
Todos los hombres somos como el hijo pródigo de la parábola, y el padre de la parábola nunca obligó a su hijo a no alejarse de el, Dios nunca nos obliga a ir a su lado, aunque le duele ver tanto hombre de El alejado, pacientemente espera.
El hijo pródigo volvió con su padre al sufrir las penurias consecuencia de su alocada vida en el mundo, la diferencia entre ese padre y nuestro Padre solo es una; Nuestro Padre nos marcó el camino para volver a El, marcó el camino de la Cruz.
Dos hijos, el de Dios y el de Adán, y el primero tomó el lugar del segundo para que el segundo pudiera volver al Padre, el primero murió para que el segundo libremente pudiese aceptar el vivir eternamente y libre del pecado.
Jesús el Cristo murió por nosotros por que Dios nos ama.
Tan solo se puede estar en paz con Dios con un sencillo acto de fe, fe en el Señor, el único camino posible.
El mundo y su príncipe pondrán infinidad de cortinas de humo para que muchos no consigan encontrar esa Cruz que marca el inicio del camino de salvación, hará estruendo para evitar que muchos no consigan oír la llamada del Padre.
Yo he estado muchos años en el mundo y hoy en día, aún soportando consecuencias de mi mala vida pasada puedo decir que soy feliz, que vivo como nunca había imaginado poder vivir, que aún faltando muchísimo por cambiar en mi vida puedo, desde que acepté al Señor acostarme cada día en paz, y eso no lo supera nada en el mundo, eso es empezar ha aprender a vivir junto al Padre, a su lado y eso no tiene precio.
Gracias Padre por marcarnos el camino para volver; danos fuerzas para seguir y poder anunciar al mundo que sigues llamando al hombre, fuerzas para que podamos mostrarles donde empieza el camino para llegar hasta ti, para alumbrar el camino hacia la cruz para los que todavía no lo encontraron, fuerzas para mitigar el ruido del mundo y que otros puedan llegarte a oír. Amén.
DIOS TE BENDIGA EN ESTE DIA EN EL PODEROSO NOMBRE DEL SEÑOR. ATT DEVOCIONALES CRISTIANOS MANÁ.
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